domingo, 13 de noviembre de 2016

venenosas pero hermosas




Las Ranas Venenosas son naturales de las Américas. Su distribución se extiende desde Nicaragua hasta Bolivia y el sur de Brasil. Se conocen poco más de 200 especies, muchas de ellas habiendo sido identificadas en los últimos treinta años. Son de hábitos diurnos. La gran mayoría se mantienen en el suelo la mayor parte del tiempo. Algunas demuestran ser arborícolas, por lo menos parte del tiempo.
 Son ranas pequeñas, las más grandes apenas logran los cuatro centímetros de longitud. Su piel es muy colorida, algunas exhibiendo los colores más brillantes de todas las ranas y sapos. Pero no las toque, porque lo que tienen de atractivas, lo tienen de venenosas. Aunque también hay especies en esta familia que no son tan coloridas ni tampoco indican ser tan tóxicas. Muchas de estas ranitas ponzoñas, como le llaman en Europa, ya se encuentran establecidas en los mercados de mascotas, incluso algunas de las que son venenosas. Se ha notado que aquellas criadas en cautiverio y alimentadas con comida de mascotas no demuestran ser tan tóxicas como miembros de la misma especie en la naturaleza. Se estima que tal vez las toxinas estén relacionadas con la dieta. De todas formas, a no ser que usted sea un experto criando ranas y sepa muy bien lo que está haciendo, le recomendamos que no las toque.
 
Habitan en los bosques y selvas tropicales donde la temperatura y humedad se mantienen estable. Efecto que les permite criar durante todo el año, o al menos la mayor parte del tiempo. La reproducción de algunas de las ranas venenosas es posiblemente la más compleja de todas las ranas y sapos. El cortejo de por sí es bien vocal y táctil. Eventualmente la madre deposita los huevos fuera del agua. La fertilización es externa y puede ser inmediata o después que la madre se marcha. Uno de los dos padres tiene que darse su vuelta por los huevos y mantenerlos húmedos, en algunas especies el padre se mantienen vigilantes y cuida de ellos, hasta que nacen los renacuajos en unas dos semanas. Entonces el padre o la madre transporta a los renacuajos en su espalda hasta que logre depositarlos en algún lugar donde haya agua con condiciones favorables para el desarrollo de estos, hay veces que se toman hasta una semana en decidirse donde ponerlos. Algunas especies prefieren depositar a los renacuajos en el agua acumulada en el centro de las bromelias, otras los llevan a los arroyos con cierta corriente y otras los dejan en los charcos y pequeños depósitos de agua sin corriente. Unas pocas especies aun continúan cuidando de los renacuajos, el padre le canta a la madre y entonces ella viene y deposita huevos infértiles de los cuales se alimentan los renacuajos. Normalmente las ranas venenosas ponen pocos huevos, en algunas especies el promedio es de unos cuatro huevos. A los renacuajos les toma unos dos meses desarrollarse en ranas.
Los miembros de muchas de estas especies mantienen un territorio. Los machos defienden este territorio de los otros machos vecinos. También tratan de atraer a su territorio a las hembras que estén en busca de parejas. Entonces se paran en algún lugar dentro de su territorio donde sean bien visibles y anuncian su presencia vocalizando a todo pecho. El canto de algunas de estas ranas se oye a varios cientos de metros de distancia.
A ciertas especies de ranas venenosas se les estima una longevidad de unos cinco años en la naturaleza. Hemos leído en literatura de mascotas o coleccionistas que en cautiverio algunas especies logran los 15 años.
De acuerdo a la literatura científica y de mascotas, tienen un apetito voraz. Estas ranas son insectívoras; en su dieta se incluyen hormigas, comején, pequeñas moscas y otros invertebrados no muy grandes. No es extraño que un individuo saludable devore cien hormigas en un día.